Plan México promete reactivación minera
Además de las grandes iniciativas de infraestructura, el programa quinquenal de inversión público-privada Plan México, presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum esta semana, incluye incentivos y proyectos de inversión mixta para el sector minero.
En la sección final del plan, que detalla las metas y acciones para cada sector estratégico, destaca la necesidad de sustituir el 20 % de las importaciones de alambres y resortes de cobre a través de empresas mixtas. También se pone énfasis en el desarrollo de grafito, zinc, barita, manganeso y tungsteno. Asimismo, esquemas mixtos de inversión para el litio forman parte de la propuesta.
El plan especifica que la Secretaría de Economía debe reformar la ley minera en 100 días para permitir la exploración privada y establecer un marco regulatorio distinto al de las concesiones para la explotación a cielo abierto.
Dentro de tres meses, la secretaría también ordenaría la inclusión de manifestaciones de impacto social en todas las actividades relacionadas con la minería.
Además, la cartera pretende conformar una empresa mixta para producir varillas de cobre, proyecto emblemático del Plan México que abarcará la fundición, refinación y construcción de una planta de alambrón y cable en Sonora, reconocido como un estado prominero.
Para 2027, la secretaría implementaría una estrategia para explorar minerales estratégicos, asegurar el suministro y establecer un fondo para beneficiar a las comunidades mineras.
La Secretaría de Medio Ambiente tiene la tarea de reducir los tiempos de tramitación de las manifestaciones de impacto ambiental para el año 2025 con el fin de facilitar el avance de los proyectos.
Un portavoz de la Secretaría de Economía no respondió a BNamericas cuando se le solicitó que proporcionara detalles de estas acciones.
Según el borrador del plan, Grupo México anunciaría una inversión en el marco del Plan Sonora de Energías Sostenibles en las próximas semanas. Sin embargo, un vocero de la empresa no pudo ofrecer detalles de inmediato.
La cámara minera Camimex tampoco respondió a la solicitud para conocer su opinión, mientras que un representante de la asociación de ingenieros mineros, metalúrgicos y geológicos AIMMGM señaló que se necesitaba más información antes de comentar más al respecto, pues aún faltan lineamientos generales.
A pesar de esto, actores de la industria que accedieron al documento expresaron optimismo en LinkedIn respecto a los objetivos y acciones del plan para el sector minero.
Juan Dobarganes, ingeniero geólogo y director de la consultora Geotecx en Guanajuato, escribió: “Algo muy bueno que esperemos se apruebe es que la exploración minera vuelva a ser efectuada por empresas privadas”.
“Sin embargo, no es claro cómo será el esquema distinto a concesiones para la minería a cielo abierto, pero lo esencial es que no se prohíba per se este tipo de minería, a la cual se deben poner condicionantes ambientales y sociales suficientes, para que, si se pueden cumplir, se realicen”.
“Para nosotros como mineros incluye una excelente noticia: la exploración minera podrá ser realizada por particulares, no será exclusiva del Servicio Geológico Mexicano”, indicó Alejandro Gracida, geólogo de Sonora.
“Este cambio se hará en menos de 100 días. Así también, en menos de un año, el manifiesto de impacto ambiental será más sencillo de obtener. Esto es una excelente noticia para la exploración minera en nuestro país”, comentó.
El Poder Ejecutivo y otras autoridades deben confirmar estas acciones y brindar más detalles que podrían ayudar a revitalizar el sector minero.
Durante el mandato de Sheinbaum, la industria minera ha enfrentado desafíos debido a las políticas que congelaron las concesiones y ralentizaron la tramitación de permisos. Las reformas de mayo de 2023, que otorgaron derechos exclusivos de exploración al servicio geológico nacional, restringieron aún más la participación privada y frenaron la exploración minera.
Además, la aprobación de un aumento de las regalías mineras especial y extraordinaria —de 7,5% a 8,5 % y de 0,5 % a 1,0 %, respectivamente— elevó la carga tributaria de las mineras, perjudicando las perspectivas de inversión.