ELIMINACIÓN DE CARGADORES PARA SMARTPHONES ¿SOLUCIÓN ECOLÓGICA?
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, cada año se producen alrededor de un millón de toneladas en productos de carga para dispositivos móviles. Esto incluye, por supuesto, cargadores, baterías externas, fundas con adaptadores de carga.
La compañía apple en 2020 lanzó su nuevo iphone el cual no incluiría cargador, esto con la pauta de ayudar al medio ambiente. Esto marco el paso de una tendencia en la que otras empresas tomen las mismas medidas.
Apple también ofrece una solución: La carga inalámbrica. A pesar de que esta lleva muchos años entre nosotros no se popularizó hasta que apple la adoptó para sus dispositivos. Cada ocasión que Apple quita una cosa de sus dispositivos ofrece algo como solución: ya sean dispositivos “Pro“, audífonos inalámbricos, o ahora el MagSafe, su estación de carga por inducción. Esta tiene un costo de más de 1 mil pesos mexicanos y se vende a la par de la desaparición de sus cargadores en caja.
¿Quitar los cargadores de las cajas reduce la contaminación? Evidentemente no. Sí reducirá la cantidad de viajes que requiere un proveedor para poder vender más iPhones. El embalaje es mucho más pequeño y el volumen de los envíos también lo será. Sin embargo, la producción de este producto no se ha reducido de manera significativa. Esto debido a que el usuario final del producto es el encargado de decidir cuantos cargadores para sus dispositivos suele comprar y con qué frecuencia dependiendo de sus necesidades, además de que solo los dispositivos de gama alta incluyen la carga inalámbrica.
Tomando en cuenta que son más dispositivos de gama media a baja son los que más se consumen en el resto del mundo, aún no se ha logrado un cambio notable en el medio ambiente tras la implementación de esta alternativa.
En tanto que la producción no baje, el impacto ambiental será el mismo. A pesar de que las compañías saquen los cargadores de las cajas de sus teléfonos, estos siguen teniendo una necesidad de producción y una demanda. Estos cargadores fuera de caja también necesitan su embalaje y su transporte, así como su distribución.
Se espera que a largo plazo esta tecnología sea más económica y más usuarios puedan disponer de la carga inalámbrica para que se pueda generar un verdadero cambio ambiental.