Condiciones que originan el brote de nuevos coronavirus

La aparición de nuevos patógenos no es una cuestión solo de los últimos 20 años, sino que ha sido la tónica general en toda la historia de la humanidad.
Vivimos en un mundo en el que los seres humanos están en contacto continuo con los animales, y el 60 % de las enfermedades infecciosas humanas provienen de ellos.

La deforestación, el cambio climático y la ganadería extensiva son algunos de los elementos que facilitan que los microorganismos que tienen reservorios salvajes se pongan en contacto con la especie humana, pudiendo en algunas ocasiones producir brotes como el del actual SARS-CoV-2.

Según el Banco Mundial, cerca de 200 millones de personas se mudaron a áreas urbanas en el este de Asia durante la primera década del siglo XXI.
Una migración a esa escala significa que se destruyen tierras forestales para crear áreas residenciales. Los animales salvajes, obligados a estar en mayor proximidad de pueblos y ciudades, se encuentran inevitablemente con animales domésticos y con la población humana.

Los animales salvajes a menudo albergan virus; los murciélagos, por ejemplo, pueden transportar cientos de ellos. Y los virus, que saltan de especie en especie, pueden finalmente infectar a las personas.

¿Por qué la aparición de este tipo de virus se da con más frecuencia en países como China?
China es un país en el que existen mercados tradicionales en los que se venden muchas especies diferentes de animales vivos y muertos, por lo que el contacto de la población con los posibles reservorios de nuevos virus es frecuente.

En este tipo de mercados las condiciones higiénicas son, en ocasiones, deficientes y favorecen el salto de ciertos patógenos a la especie humana. Además, la ganadería extensiva de ciertas aves de granja en estos países, como los patos, favorece también el contacto de estos animales con las especies salvajes, que pueden portar algunos virus, como gripes de origen animal, y transmitirlos a los animales domésticos que están en contacto con el ser humano. Existe además en estos países un contacto muy estrecho entre los seres humanos, los animales domésticos y los salvajes.

También lo es la medicina tradicional china, que promete remedios para un sin número de afecciones como la artritis, la epilepsia y la disfunción eréctil.
Aunque no hay evidencia científica para apoyar la mayoría de estas aseveraciones, Asia es en un gran consumidor de productos de la medicina tradicional china.

Tigres, osos, rinocerontes, pangolines y otras especies animales son cazados de forma ilegal para mezclar partes de sus cuerpos con estos medicamentos cuestionables.