CAPSULAS DE SEGURIDAD LA CANTERA – EXCESO DE CONFIANZA, UNA SOLA VEZ

CAPSULAS DE SEGURIDAD LA CANTERA – EXCESO DE CONFIANZA, UNA SOLA VEZ

Cada vez que veo personas cruzando calles lejos de las esquinas o cuando el semáforo está en verde para los vehículos pienso, ¿Qué es lo que nos impulsa a realizar actos tan inseguros y a correr riesgos tan altos como la posibilidad de perder la vida? No es necesario ser un especialista en leyes físicas para reconocer que el choque de una persona contra un vehículo, por ligero que este sea, estará en contra del peatón.

En varias oportunidades he preguntado a diferentes personas la razón por la que corren esos riesgos y con frecuencia su respuesta se relaciona con la prisa que han tenido, la orden de terminar pronto, el cansancio o la peor de todas: "Yo siempre soy cuidadoso. Sólo lo hice esta vez".

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Si siempre somos cuidadosos y gracias a esas precauciones hemos logrado conservar nuestra integridad, por qué, de repente ¿Cambiamos nuestras buenas costumbres?.

Para terminar en un hospital basta un sólo golpe en la cabeza, un sólo tropezón o una sola quemadura. ¿Acaso la mente se nos nubla y olvidamos las consecuencias de nuestros actos inseguros? o ¿El hecho de haber realizado nuestro trabajo con precaución por muchos años nos hace pensar que somos invencibles o súper poderosos?

Por el contrario, la experiencia debe servirnos para asociar eventos y aprender a hacer las cosas cada vez mejor. ¿Es razonable pensar que las herramientas que usamos todos los días van a dejar de cumplir su función de repente?

Veamos algunos ejemplos: Una guillotina está hecha para cortar y no es selectiva. Es decir, si pongo una pila de papel bajo la cuchilla, ésta lo cortará. Pero si en lugar del papel mi mano se encuentra en el camino de la cuchilla, mi mano será cortada; la función de la guillotina es esa: cortar lo que se encuentre bajo la cuchilla.

Entonces, si nuestra experiencia y nuestros sentidos nos muestran que esos equipos que usamos cortan, golpean o atrapan, la experiencia no debería indicarnos que debemos tener cuidado al usarlos todas las veces y que una sola vez que nos descuidemos puede lesionarnos.

Todos los accidentes se pueden evitar: usar los puentes peatonales y las cebras, respetar las señales, usar el equipo de protección recomendado para cada trabajo, apagar y asegurar las herramientas que no se están usando y especialmente actuar bajo los parámetros de la prudencia pensando siempre en nuestra integridad es lo mejor que podemos hacer, sin importar cuanta prisa tenemos. Al final, si sufrimos una lesión, perderemos más tiempo curándola y recuperándonos.

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No debemos olvidar que debemos proteger nuestro cuerpo, nuestras herramientas y nuestro equipo.

¡La única vez que somos imprudentes puede ser la última!